Inseguridad sin grieta: La Matanza y 3 de Febrero en jaque por la delincuencia

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Aún persiste la conmoción por el asesinato a sangre fría del chófer de la linea 620 en La Matanza  y ayer una mujer policía resultó herida de gravedad al ser baleada cuando un grupo de delincuentes, disfrazados de miembros de la fuerza, intentó copar la comisaría primera de la localidad bonaerense de San Justo, aparentemente para liberar a cómplices detenidos.

La comisaría distrital primera La Matanza Noroeste, en pleno centro de esa localidad, fue copada por al menos cuatro sujetos provistos de pistolas y vestidos de policías con boinas y camperas con inscripciones de la fuerza.
«Si la misma comisaría es un lugar inseguro, qué queda para el resto de la calle, qué le queda al ciudadano de a pie», reflexionó consultado por este medio un ex alto jefe de un área clave de la Federal.

Casi al mismo tiempo, en Tres de Febrero, en 5 horas y a 25 cuadras de distancia, mataron a dos comerciantes en sendos asaltos. A uno lo asesinaron cuando guardaba el auto. Al otro, mientras esperaba los diarios para su puesto.
Fuentes policiales y judiciales informaron que el primer hecho ocurrió en los últimos minutos del miércoles, alrededor de las 23.15, en la calle Pellegrini 2577, de José Ingenieros, al ingreso del garage de la víctima.

Los policías hallaron en la escena cuatro vainas servidas e hicieron un relevamiento en la zona en busca de cámaras de seguridad que pudieran haber captado el momento del homicidio y la huida de los asaltantes, que no llegaron a robar.

En tanto, seis horas después y a unas 25 cuadras de esa escena, un policía retirado esperaba en la esquina de Bartolomé Mitre y Zanella, en Caseros, la llegada del camión de diarios para su puesto cuando fue abordado por tres ladrones que se acercaron caminando y dos de ellos comenzaron a forcejear con él cuando uno le asestó un tiro mortal en la frente. Anoche un menor de 17 años, que fue entregado por un tío, había quedado detenido por el homicidio. “Cometió un error”, aseguró el hombre cuando lo llevó a la comisaría.

«La cabeza de estos chicos que si bien hacen una cierta inteligencia previa porque esperaban recaudaciones, recorridos etc., está quemada por la droga, hay que entender que el delito cambió en ese sentido, matan por matar, si les das matan y sino también», indica la fuente antes consultada y agrega, «sigamos la ruta de por qué tenían ropa de la fuerza, cómo es que ahora disfrazarse de policía es tan fácil, lo mismo que adquirir armas».

«En su momento yo advertí con una carta certificada a Eugenio Burzaco, secretario de Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación, varios nichos de corrupción en la fuerza, pidiendo estricta reserva porque ya me quisieron matar dos veces«, ejemplificó la fuente y el final de su relato hiela la sangre: “Después de enviar la misiva, volvía de traer a mi hija de un viaje, la llevaba a la casa y veo cuando voy llegando mucha gente afuera, policías, patrulleros- Me bajo y mi ex esposa me dice que tiraron un papel que decía <<Si seguís jodiendo va a correr sangre>> pero que lo tiraron en la casa de al lado, se confundieron. El vecino se pegó un tremendo susto y llamó a la policía”.

«Si las fuerzas están diferenciadas de los delincuentes solo por el uniforme, todo va a empeorar», reflexionó finalmente.