Cuadernos, fotocopias y pifies que queman

No existe manera alguna de comprobar la veracidad de los cuadernos- ahora aparecidos, no fotocopiados ni quemados como refirió en su momento el ex chófer Centeno en la causa judicial que puso tras las rejas a varios ex funcionarios y empresarios y sentó en un juicio oral a la ex presidenta y actual senadora Cristina Kirchner- ya que sin las pericias correspondientes, cualquier afirmación es una aventurada aseveración sin sustento.

Pero sin peritajes y en cuestión de horas, la mayoría de los medios titula diciendo que «aparecieron los manuscritos originales». Recién adentrándose en las notas se aclara que no hay pericias y «si se comprueba que son los originales». La concordancia entre el título y el contenido, te la debo Macri dixit.

Centeno en tanto no dijo ni pío y no se sabe si será llamado a declarar nuevamente. Ahora está dentro del sistema de testigos protegidos y arrepentidos que vale aclarar, lo provee de vivienda, seguridad, dinero; básicamente lo mantiene económicamente de cabo a rabo.

El periodista Diego Cabot quien «destapó» la causa en cuestión aclaró aunque oscureció finalmente: Sobre Centeno afirma que «con cada detalle intentó barnizar de veracidad su relato». Pintar y relatar. Si es verdadero, ¿por qué que hay que barnizar y encima no le sale ya que se queda en un intento? Relato, bien puede ser un cuentito, no es igual a verdad. La Real Academia Española lo define como «narración, cuento».

Cabot habla nuevamente de «relato periodístico». Relato no es igual a realidad y paradójicamente la palabra se usó y mucho para oponerse a las buenas gestiones políticas del kirchnerismo.

En el párrafo más extenso el pifie del subconsciente es aún más notable: » Pudimos comprobar cuánto pesan los dólares, «el fresco»». ¿Fresco o físico?, como contaba Leonardo Fariña. Fresco significa según la RAE, además de frío en referencia al clima, «recién acabado de hacer».

«También ingresamos en habitaciones de los hoteles señalados por el chófer de Baratta, subimos a lujosas torres de poderosos en Puerto Madero y caminamos, de la mano de la corrupción», prosigue. Caminaron de la mano de la corrupción, ergo la corrupción los llevó y tomó de la mano, ni más ni menos. Se dice corrupto a el mismo y a sus colegas.

«Empezamos a confrontar la información con varios de los personajes mencionados en los cuadernos». Confrontar no es chequear ni contrastar, dicho de una persona o de una cosa: Estar o ponerse frente a otra. Ergo se enfrentaba la realidad con el relato. Y para frutilla de la torta, habla de personajes, no de personas. Personajes y, volviendo a la RAE porque es la autoridad en cuanto al significado de las palabras en español, son los «seres que aparecen en cuentos, películas, etc.». Para colmo de males-de Cabot- es un nombre masculino y representa distinción y calidad cuando refiere a personas per se. ‘Cristino’ urgente se busca.

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